Déficit comercial, oleada de
importaciones, deuda y más deuda, y escasos o nulos beneficios para los
consumidores: estos parecen ser parte de los legados de casi 10 años del
tratado DR-Cafta para República Dominicana.
En el año 2005, “dimos la voz de alerta”
del impacto que traería dicho tratado si no se tomaban las acciones
necesarias y se cambiaba el modelo económico, expuso Ligia Bonetti,
presidenta de la Asociación de Industrias de la República Dominicana
(AIRD) ante la Comisión General del DR-Cafta del Senado de la República.
En su ponencia, Bonetti llama la
atención sobre el hecho de que las exportaciones han crecido en 5 %
anual desde 2008, pero acompañada de un crecimiento de las importaciones
de un 7.9 % anual.
Esto explica que en 2013, el déficit
comercial de República Dominicana con Estados Unidos haya sido de
US$2,899.1 millones, cuando en 2004, año en que firmó ese tratado de
libre comercio con Estados Unidos, el país se beneficiaba con un
superávit de US$168.8 millones en su comercio con la economía
estadounidense.
“Esto es alarmante” y “todavía no ha
llegado lo peor”, le dice la empresaria a los legisladores miembros de
la Comisión General del DR-Cafta. Cuenta Bonetti que dos días antes de
su ponencia, el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, expresaba
que el Congreso estaba preocupado por “el hecho de que la industria
dominicana pueda venirse abajo” con la desgravación masiva de productos
industriales.
Con la entrada en vigencia del DR-Cafta,
que en República Dominicana fue en marzo de 2007, ipso facto el país
debió eliminar los aranceles del 76.5 % de sus líneas arancelarias (un
total de 5,228 líneas). Desde el lado de Estados Unidos, eso significó
que ese país pudo liberar de impuestos externos el 85 % de sus
exportaciones hacia República Dominicana.
La gran apertura
El próximo gran acontecimiento de ese
proceso será el primero de enero del 2015, cuando el país deberá
desgravar casi la totalidad de los bienes que manufactura. En este
contexto, el sector empresarial plantea identificar y eliminar “las
causas y factores que actualmente limitan y obstaculizan la
competitividad” del país.
Manuel Diez Cabral, presidente del
Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) pide “la eliminación del
sesgo anti exportador” del sistema tributario dominicano, reflejado en
figuras impositivas que cargan el proceso productivo desde su inicio, o
los anticipos basados en presunciones de rentas.
Asimismo, aboga por la
revisión, control y reducción de las tasas administrativas adicionales a
las tributarias y que elevan los costos de las exportaciones.